Crítica de Teatro «Frankenstein»: Esta adaptación es una interpretación humana e inteligente de la historia original

Por Erika Moreno

“Frankenstein” es una producción realizada por el National Theater de Londres en el 2011, protagonizada por Danny Lee Miller y Benedict Cumberbatch en los papeles de la Criatura y el Dr. Victor Frankenstein, alternándose los roles principales cada noche.

En la pantalla del Teatro Nescafe de las Artes, nos podemos sumergir en esta increíble puesta en escena de 2 horas ininterrumpidas, dirigida por Danny Doyle (conocido por sus peliculas 127 horas, Trainspotting y Slumdog Millionaire, entre otras), donde a través de una escenografía minimalista y a la vez muy dinámica, nos lleva desde el nacimiento de un ser, hasta las islas más remotas de Escocia, pasando por campos, ciudades y mansiones. Todo con una iluminación y puesta en escena de lujo. Después de un rato, nos olvidamos que estamos frente a una pantalla y nos introducimos en este mundo que se nos presenta.

Esta adaptación de la obra de Mary Shelley, en manos de Nick Dear, comienza con el nacimiento; la creación de la vida. Seguimos a la Criatura desde su momento original, su salida desnuda del vientre, los tropiezos de un infante, el reto de erguirse, el descubrimiento de las extremidades, la lucha de los músculos por levantarse. Una larga, cruda y viva escena que es una metáfora al desafío que es vivir.

Seguimos a la criatura en su camino de descubrir el mundo y el horror que es la humanidad que lo rodea. Donde experimenta el rechazo y desprecio por su espantosa apariencia, tanto de desconocidos como de su propio creador o “padre”. Pero donde también descubre el conocimiento, la educación y el lenguaje. Nos muestra cómo descubre su humanidad y su necesidad de compañía, aceptación y por sobre todo..amor. Se convierte en su obsesión esta necesidad de tener una pareja, que como él, tenga esa misma naturaleza. Desde aquí la trama nos lleva a una búsqueda que no se detiene. No importando quien sufra o muera en el camino.

Esta adaptación es una interpretación humana e inteligente de la historia original, donde el foco central son las obsesiones de esta triste creación del científico, el cual se convierte en su alter-ego y némesis a la vez. Esto convierte a la Criatura en un personaje mucho más importante que su creador. De hecho, casi no vemos la presencia de Victor sino hasta muy avanzada la obra. Se nos presenta a la Criatura más como víctima al haber sido creada de esa forma, y no tanto como victimario, pese a los crímenes que comete durante el transcurso de la historia.

La idea de turnar a los actores en sus personajes protagónicos da una vida especial a la obra. Es esta relación física entre ambos actores donde uno ve la conexión inquebrantable de ambos personajes Las actuaciones son magistrales, donde los actores se complementan perfectamente. Al punto de poder imaginar al otro actor en el papel contrario. Esto nos hace preguntarnos durante toda la obra cuál de los dos personajes es realmente el monstruo: la desfigurada y repulsiva Criatura o el mismo Frankenstein con su indiferencia a las relaciones humanas y su obsesión con la creación de perfección.

 

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