Crítica de Cine
Una Mujer Fantástica: “La Transgresión versus la Transformación»
Por Galia Bogolasky
Por Galia Bogolasky

La película comienza con el seguimiento a Orlando, interpretado por Francisco Reyes, un hombre de unos cincuenta y tantos, que trabaja en una imprenta y va a un sauna. Se le pierde algo y termina en un local nocturno viendo cantar a una mujer. Hasta ese minuto la historia es sobre Orlando. Tampoco sabemos hasta un momento después que la mujer que canta es su pareja. Ella es Marina, interpretada por Daniela Vega, una joven mesera que trabaja en “La Diana”.
Hasta que sólo en un par de escenas, muy breves, entendemos que son pareja, ya que ella está de cumpleaños y él la invita a las Cataratas de Iguazú. Los créditos comienzan con las cataratas y lo que se le había perdido a Orlando eran los pasajes. Todo bien, todo normal.
Luego la película hace un giro en 180 grados, y la historia toma otro rumbo. Cuando creía que iba a ver una historia de amor y un viaje a las Cataratas, finalmente nada de eso sucedió. Orlando muere y Marina tiene que enfrentar su muerte a punta de discriminación y prejuicios. Hasta ese momento Marina es una mujer más y lo único que podría llamar la atención es la diferencia de edad con Orlando. Pero cuando él muere, todo se vuelve en su contra, y rápidamente entendemos por qué; Marina es una mujer transexual.
La historia de Marina comienza en la clínica y después continúa con su punto de vista, dónde la sociedad, la gente en la calle y la familia de Orlando la tratan pésimo, la humillan, la discriminan, la tratan como un animal, literalmente. La familia de Orlando la deja fuera de todos los preparativos del funeral y los detectives la interrogan porque salió corriendo de la clínica cuando se enteró de la muerte de su pareja. Algo tan obvio como exagerado.


Por otra parte, la historia no tiene lo que me gusta tanto de las películas de Lelio, esas escenas con excelentes diálogos, con un desarrollo emocional de los personajes, dónde cada uno de ellos pasan por situaciones, penas, dolores, algo que los hace cambiar.
En “Una Mujer Fantástica” Marina es un personaje increíble, que se luce en cámara, pero que no tiene un desarrollo. Nada cambia en su vida desde que muere su pareja. Sigue trabajando en lo mismo, sigue sufriendo del desprecio de la sociedad, sigue cantando, sigue luchando. Lo que hace es caminar y caminar, pensar y pensar, pero ¿qué pasa en su vida? ¿Toma alguna decisión?
Lo que más me gustó fue la dirección de arte, y la música. La estética es maravillosa, cada toma es una obra de arte, la luz, los planos, la ambientación, el vestuario, todo muy bien logrado, lo que es un lujo sobre todo cuando en escena no está pasando mucho, sino que uno puede detenerse a observar esa imagen y a apreciarla como si fuera una obra de arte. Se utilizan muchos primeros planos, muchos reflejos en espejos, muchos travelling, incluso hay una toma dónde en cámara lenta ella queda diagonal, mientras se vuela todo. Maravillosa. La música es muy importante ya que Marina es cantante, y las escenas dónde ella canta son muy potentes, son muy expresivas y mágicas.

Por otro lado se nota la mano de Fábula, tal como se ha notado en las otras películas de Lelio que ha hecho con esta productora. Se nota ese final perdido, se nota el abuso de la utilización de actores en personajes que podrían ser bolos, y se nota la desestructuración del relato. Echo de menos al Lelio que jugaba con los guiones, improvisaba pero contaba una historia, dónde comenzaba a en un punto A, le pasaba algo, y terminaba en un punto B. A la mujer fantástica le faltó ese elemento revelador. Mientras el personaje protagónico hace una transformación sexual, se enfrenta a esa constante transgresión, pero carece de una transformación emocional. Representa lo que es la transgresión versus la transformación. Para que una película te mueva, se necesita un cambio para generar emociones. Esa transformación era necesaria.
FICHA TÉCNICA
Dirigida por Sebastián Lelio
Guión: Sebastián Lelio, Gonzalo Maza
Elenco: Daniela Vega, Francisco Reyes, Luis Gnecco, Aline Kuppenheim, Nicolás Saavedra, Amparo Noguera, Néstor Cantillana, Alejandro Goic, Antonia Zegers, Sergio Hernández, Marcial Tagle, Pablo Greene
Casa productora: Fábula, Participant Media, Komplizen Film
Muchas Gracias, Setembro Cine
Producción ejecutiva: Jeff Skoll, Jonathan King, Rocío Jadue, Mariane Hartard, Ben von Dobeneck
Producción: Juan de Dios Larraín, Pablo Larraín, Sebastián Lelio, Gonzalo Maza
Producción general: Eduardo Castro
Productor asociado: Alexander Bohr, Martín Cárcamo
Dirección de fotografía: Benjamín Echazarreta
Dirección de arte: Estefanía Larraín
Montaje: Soledad Salfate
Música: Matthew Herbert
Sonido: Tina Laschke
Vestuario: Muriel Parra
Producida en Chile, Estados Unidos, Alemania, España
Rodada en Santiago (Chile)