Entrevista al protagonista de “Stalin”, Sergio Hernández: «Es importantísimo no olvidar lo que hemos vivido»

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Por Tania Sáez

Entrevistamos al protagonista de Stalin, una obra dirigida por Jesús Urqueta, escrita por el dramaturgo Gastón Salvatore (1941-2015) y adaptada por el mismo director junto al dramaturgo y director de Teatro Finis Terrae, Marco Antonio de la Parra.

La puesta en escena se sitúa en los años 1952- 1953, cerca de Moscú, en la Dacha de Kúnstevo, la residencia personal del dictador. Itsik Sager, un viejo actor judío y director del Teatro de Arte de Moscú, que está representando al Rey Lear de Shakespeare, es detenido sin explicación y llevado frente a Stalin, en donde es cuestionado por la politización de la que estaría dotando a su versión de El rey Lear, de Shakespeare.

Sergio Hernández, destacado por su extensa trayectoria en el cine, televisión y teatro, se ha ganado la nominación al Premio Nacional de las Artes de Representación gracias a su interpretación del temible dictador ruso en la obra Stalin.

Esto fue lo que nos contó. 

¿Cómo fue que llegó a participar en este montaje?

Resulta que, desde hace ya unos años, yo participo en un taller de autobiografía que se realiza en Chile con Marco Antonio de la Parra. Donde somos un grupo de unos 12 actores y actrices, todos de una cierta trayectoria y de cierta edad, ahí todos trabajamos con Marco Antonio escribiendo nuestra experiencia teatral y de vida. Entonces, estando en ese taller, Marco Antonio me habló de esta obra desconocida en Chile y de un autor también desconocido en nuestro país, Gastón Salvatore, autor chileno-italiano muy famoso afuera.

Bueno, Marco Antonio me dijo “tú serías un buen Stalin” y le pregunté, “¿por qué yo sería un buen Stalin?”, tal vez parezco muy bruto, muy salvaje, tengo algún aura como de asesino o algo así, pero no “es por los bigotes” me dijo. Yo creo que, por las capacidades de juego, en términos creativos, en términos de carácter, en términos de transformarse, de una determinada energía, no lo sé realmente. Así fue como esto comenzó en el año 2018, pero luego vino la pandemia y se tuvo que posponer. Después fue una cuestión de recursos, hasta que finalmente aparecieron las posibilidades de producción a través de la Universidad de Finis Terrae.

¿Cuáles han sido los desafíos de interpretar a un personaje que tuvo tanto impacto en la historia del mundo?

Yo pienso que el desafío más importante es todo lo que significó memorizar una cantidad de textos muy densos. No son diálogos ni conversaciones ligeras, sino que realmente hay temas profundos que se tratan en la obra, pero no por eso quiere decir que es seria y grave, ya que incluso tiene bastante humor y mucho juego.

¿Cuáles son las escenas que requirieron de más trabajo y preparación? ¿Cómo fue su experiencia respecto a eso?

La obra está planteada como realista y psicológica, por lo que requiere en ciertos momentos de una gran tensión, así que a pesar de que hay escenas que desde el punto de vista de la acción son más complejas, realmente las escenas psicológicas son las más exigentes, tiene que ver con una tensión que produce el diálogo, como una especie de juego de ajedrez. Entonces, lo que más exige la obra, son dos elementos, el terror y el miedo, emociones que se desarrollan a través de un juego entre ambos actores, lo cual es muy importante en términos de las manipulaciones y agresiones verbales que realiza Stalin.

¿Hay algo en particular que espera transmitir al público a través de su interpretación? 

Sí, por supuesto. Resulta que en este país hemos vivido como en otros países del mundo, como en Rusia en los tiempos de Stalin, actualmente en los tiempos de Putin y en Alemania con Hitler. Hemos tenido dictadores de diferentes ideologías, tanto de izquierda como de derecha, o fascismo de los dos lados también. Entonces, lo que es importante, es transmitir más allá de las ideas, de la razón y de las palabras, transmitir las sensaciones, lo que queda como memoria en nuestro pueblo y lo que fue vivir bajo el terror. Es importantísimo no olvidar lo que hemos vivido y lo que en muchos lugares del mundo se ha vivido. Cuando un país pasa por una situación política tan grave, en donde el terror, la muerte y la tortura se instalan en el poder, hay que recordar.

Creo que nuestro país es un país desmemoriado y mi teoría es que como es un país tan extremo en términos geográficos y sociales, de alguna manera hemos desarrollado una capacidad de olvidarnos para no pasarlo mal, para no sufrir. Pero el olvido es bastante malo, estamos dando muchos pasos atrás de cosas logradas e importantes. Realmente el fascismo ha logrado un poder muy notorio dentro de los entes de poder en Chile, tanto en el Parlamento como en la Asamblea de la Constitución, es por eso que hay que recordar, porque podemos estar cada vez más mal.

Además de los diálogos, me llamó mucho la atención la comunicación no verbal que ejercía Stalin, enriqueciendo mucho más la puesta en escena, ¿cómo fue para usted lograr transmitir esto?

Son los silencios, las pausas, los momentos en donde uno mira simplemente a la otra persona, y de cierta manera lo ataca, lo hace sentir pequeño, lo viola, lo agrede, y para eso no es necesario hablar, basta con una mirada, basta con un gesto. Entonces, bueno, yo soy actor, por lo tanto, trabajo desde hace muchísimos años todo lo que tiene que ver con mi expresión corporal, entonces, hay determinadas actitudes que evidentemente tienen que producir una cierta inquietud en el otro personaje. Lo que yo hago en la obra es moverle el piso a Itsik Sager, prácticamente lo hago a lo largo de toda la puesta en escena, en muchos momentos lo insegurizo para atacarlo, para hacerle sentir que yo tengo el poder y que si no obedece, algo grave le va a pasar.

¿Qué le puede decir a las personas para invitarlas a ver la obra?

Es un espectáculo de un gran texto, muy potente, interesante y de gran valor. Es una obra muy bella y no es solamente una obra de teatro de diálogo y de conversaciones, sino que al mismo tiempo hay acciones y hay momentos que son realmente muy atractivos desde el punto de vista del espectáculo teatral. Es una puesta en escena que es importante verla por el nivel creativo que tiene en todos los sentidos, por sus grandes artistas y director, un equipo excelente, en el que trabaja Jesús Urqueta y Daniel Antivilo, mi compañero que realiza maravillosamente su trabajo. ¡Vengan a verla, no se la pierdan!

El montaje de Stalin se está presentando en el Teatro Finis Terrae hasta el 3 de septiembre.

Ficha Técnica

Título: Stalin

Dirección: Jesús Urqueta

Elenco: Sergio Hernández y Daniel Antivilo

Dramaturgia: Gastón Salvatore

Traducción: Rodrigo de Castro

Adaptación: Jesús Urqueta, Sergio Hernández y Marco Antonio de la Parra

Diseño de escenografía e illuminación: Tamara Figueroa AS 

Realización y montaje: Dique5, Nicolás Muñoz Alfaro y equipo Teatro Finis Terrae

Diseño vestuario: Loreto Monsalve

Sastrería: René Riega 

Barba y caracterización: Pamela Correa

Música: Marcello Martínez

Diseño sonoro: Marcello Martínez y Pablo Ramírez

Diseño gráfico afiche: Roberto Murillo

Fotografía: César Pacheco

Operación de sonido: Luciano Vásquez González

Operación de luces: Gonzalo Huerta

Prensa: Claudia Palominos

Producción artística: Inés Bascuñán Pérez

Producción: una producción Teatro Finis Terrae 2023.

Coordenadas

4 de agosto al 3 de septiembre

Jueves a sábado 20:30 y domingo 19:00 horas.

Duración: 1h20

Teatro Finis Terrae, (Av. Pocuro 1935, Providencia, Stgo.)

$12.000 general, $7.800 personas mayores, $6.000 estudiantes por Ticketplus.

https://ticketplus.cl/events/stalin

 

 

 

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