Se trata de la muestra “Poemas Antárticos” de la artista visual Macarena Ruiz-Tagle y cuya propuesta se basa en procesos de investigación por los cuales las alteraciones ambientales se hacen inmediatamente visibles a través de una dimensión espacial y/o material que altera los parámetros de percepción, memoria y realidad.
Durante los dos últimos años, Macarena Ruiz-Tagle trabajó intensamente en el proyecto y que consiste en la recolección de gotas de lágrimas de personas. Estas muestras líquidas de memoria afectiva y psíquica se fotografían con la ayuda de un microscopio. El resultado estético es un singular patrón de sales sólidas después de la evaporación del agua. Recuerdan a una cristalización, un proceso de agrietamiento capturado en un momento, una transferencia casi directa de la fractura en el alma de lo visual.
“Poemas Antárticos” se está exhibiendo en la Sala Laboratorio del Parque Cultural de Valparaíso, y se mantendrá abierta al público hasta el 19 de febrero (de martes a domingo, de 10:00 a 13:30 y de 16:30 a 18:30 horas).
Esta forma de trabajar y el objetivo de conectar la investigación visual y la afectividad se relaciona con un síndrome común en nuestros tiempos del Antropoceno: Solastalgia, un neologismo formado por la fusión de “Solace” (Consuelo) y “Nostalgia” o el estrés emocional, psíquico y existencial causado por el cambio ambiental en los paisajes en los que vivimos.
Las lágrimas son en el contexto de este trabajo partículas corporales, soluciones que resultan de experiencias de quiebre afectivo entre el yo, el entorno y la vida más allá del tiempo y funcionan en la obra como vehículos de sentido que recuerdan a fenómenos de cristalización y deshielo, de desaparición de la materia sólida como de los cuerpos vivos y no vivos; procesos parecidos a los que ocurren a causa del cambio climático en zonas extremas del mundo como la Antártica.
A través de la metodología y el modo de interacción de su trabajo, la artista cuestiona y amplía los parámetros convencionales de transformación y mediación de lo afectivo mediante estímulos ópticos y visuales. La huella casi inmediata de las lágrimas en el material respectivo crea patrones enigmáticos y únicos que se convierten en transferencias casi directas de un plano de experiencia sensible al de la visualidad.
¿Qué tipo de significados se pueden encontrar en estos niveles? ¿Cómo podemos crear una forma de comunicación entre este material y el sistema perceptivo de nuestro cuerpo? ¿Dónde se puede construir una relación afectiva – como una forma básica y sustentadora? Por medio de estas preguntas, el objetivo del proyecto es lograr una zona de contacto en el espacio expositivo, que funcione tanto a nivel de negociación de conflictos como de identificación del ser humano con las transformaciones y angustias de la naturaleza.
El proyecto fue financiado por Fondart Nacional / Organización de Festivales, Ferias y Exposiciones / Exposiciones 2021.